Este mes celebramos las vacaciones, nuestra
pausa entre dos ciclos académicos, y el ferragosto.[1]
Cuando pienso en hacer nada, en tirarme al
sol, absorber sus maravillosos rayos y dejar que me envuelvan olvidando
cualquier presión de trabajo o preocupación, pienso en Matisse. Para mí, Matisse
y su Bonheur de vivre representan il dolce far niente.
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Matisse, Bonheur de vivre (1905-1906) óleo sobre lienzo (176.5 cm × 240.7 cm) The Barnes Foundation, Philadelphia. Recuperado de: https://en.wikipedia.org/wiki/Le_bonheur_de_vivre (Agosto 11, 2017) |
Indudablemente,
junto con Picasso, Henri Matisse (1869 – 1954) es unos de los artistas
plásticos de mayor influencia en la pintura moderna del siglo XX. Matisse no es
un artista prodigio en su juventud, no; como dice la canción, Matisse arriba a
la madurez artística despacito. Es
solamente con la llegada de la nueva centuria, cuando Henri Matisse tiene ya más
de treinta años de edad, que el artista comienza a explorar las posibilidades
de composición, diseño y color y se deja seducir por la búsqueda de una síntesis más
directa, y, por tanto, provocadora y moderna.
Las influencias en
el desarrollo de Matisse son innegables y variadas. Para mencionar algunas, el delineado evidente de sus figuras
evoca el dibujo de Ingres; de Delacroix adopta ese osado uso de color llevándolo
a una máxima expresión. Cézanne y Seurat, lo empujan a buscar y nutrir al
pintor moderno dentro de sí. A través de Van Gogh, Matisse aprehende el postimpresionismo
y su propio impetu expresivo. Es la influencia de Seignac y Cross y el
aire de Saint Tropez los que estimulan su descubriendo de las posibilidades del
colour sin modulación, en el verano de 1904.
Naturalemente, Matisse asimila sus fuentes y las convierte en una aventura estética muy propia, El maestro reorganiza las formas dejando en el pasado la tradición
clásica nutriéndose de dos tradiciones: el Neoclásico basado en el dibujo,
a lo Ingres y el Impresionismo y la distorsión de la forma, a lo Cézanne.
En Bonheur de vivre - pintura que marca el epítome del periodo fauvista en la obra de
Henri Matisse - tenemos una voluptuosidad desprovista de intensidad. Este tema bucólico, que podría remontarse al periodo bíblico o al clasismo griego, tiene poco en común con un paisaje de Giorgione o
una bacanal de Tiziano: Matisse reduce drásticamente sus formas a través de la línea
y el color y demuestra total indiferencia por la perspectiva y modelación de
las formas a través del uso de luz y sombra. Para llegar a esto, el artista
debe haber trabajado arduamente; el resultado, sin embargo, es una composición caracterizada
por su sprezzatura. Todo es fácil en Joie de vivre: el tema es accesible y la composición es diáfana. No hay mayor esfuerzo o complicaciones en su ejecución, como tampoco la hay en la vida de
sus personajes que disfrutan plácidamente del dolce far niente.
[1] “Ferragosto es un feriado italiano y
sanmarinense celebrado el 15 de Agosto; la fiesta coincide con la celebración
católica de la Asunción de María. Por metonimia, refiere también a las
vacaciones de verano alrededor de mediados de Agosto, puede ser un fin de
semana largo o todo el mes.” (Jonathan Boardman, Rome: A Cultural and Literary Companion, p.
219, in Wikipedia: https://en.wikipedia.org/wiki/Ferragosto [Consulta: 3 de Agosto de 2017])
Simplemente, en el mes de agosto, hay muchas ciudades italianas en las que los
comercios cierran todo el mes; buena suerte a los turistas😊
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