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1568
The Harvesters
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1565
El tema de este mes es el ocio, o il dolce far niente, como dirían los
italianos. He pensado mucho en cómo el arte puede relacionarse al ocio.
Marissa, Cristina y Liz lo han hecho muy bien y espero ahora estar a su altura.
Yo he elegido remontarme en el tiempo y hablar de
Pieter Brueghel the Elder (c. 1525/30-1569) un pintor flamenco del siglo XVI.
Conocido por sus pinturas de escenas cotidianas en
un mundo que si bien está orientado al Renacimiento y todo el despertar del mundo
clásico, Brueghel parece haber elegido quedarse en la Edad Media.
La mayor parte de sus pinturas son sobre la vida
campesina en una época en la que la Reforma de Lutero ha causado una
escisión muy profunda en el mundo compacto del catolicismo.
La Cosecha que representa el mes de Agosto
en un ciclo de cuadros de meses del año, de 1565 y Boda Campesina de 1568,
un año antes de su muerte de alguna manera se relacionan. Ambos recrean un mundo
medieval, campesino que revela que la gente de aquel entonces también sabe
divertirse y relajarse. Boda Campesina es un cuadro que ha
sido tomado incluso por la Coca Cola como referente del placer, del disfrutar
de la vida, olvidándose temporalmente de la dura faena de campo para descansar
y pasarla bien.
Para mí, al margen de ser un cuadro que evoca lo
que sería Le Bonheur de Vivre, como llamó Matisse a su cuadro (1905-1906), tiene muchas reminiscencias
personales.
Este cuadro fue mi compañero mucho tiempo en mi mini estudio
en el dorm donde viví mientras estudiaba en NYU. Tenía el afiche frente a la
cama y lo miraba todos los días y siempre me preguntaba, qué comerían, como
sería la vida en ese tiempo, qué música estarían tocando, cómo se divertirían,
qué bailarían. Es una imagen que recrea
el placer y me intriga más porque Pieter Brueghel the Elder era capaz también
de hacer cuadros aterradores y visionarios, en los que revela abiertamente la
profunda huella que uno de los pintores
más trascendentes de todos los tiempos, Heronymus Bosch (El Bosco)
(C. 1450-1526) ha dejado en él.
Cuadros como La Torre de Babel (1563) o Los Proverbios Flamencos (1559)
entre otros, revelan que también puede ser, como El Bosco, un pintor
visionario, en un mundo de cambios,
herejía, alquimia, fe, moral y como aglutinante de todo, la religión. Y ese pintor visionario también sabe recrear
la vida cotidiana, tanto así que lo consideraban un campesino, cuando no lo
era. Y su mensaje queda claro, en el mundo en que a él le tocó vivir, en una
sociedad tan estratificada, el pobre y el rico tienen derecho a divertirse, a
distraerse y a olvidarse y dejar atrás la angustia, las preocupaciones, para
gozar también de lo bueno que da la vida.
También es un cuadro que me llena
de nostalgia. Uno de los profesores más brillantes que tuve en NYU, decía que
la nostalgia era como una esperanza al revés, proyectada hacia el pasado. Y
este cuadro está lleno de nostalgia. Para este profesor, tuve que hacer un trabajo
sobre El Bosco, de profunda investigación, ubicar en Microfilm un texto del siglo XV, pelear por sacarme A.
Y, como siempre, cuando se trata de Europa, me recuerda a mis padres, con
quienes fui por primera vez al Kunsthistorisches Museum de Viena dodne vive este cuadro y
me quedé sorprendida de la cantidad de Brueghels
y Boscos que tenían. Creo que dada
la cercanía a Amberes, era natural.
Termino con un epigrama de Fernández de Moratín (1737-1780) que
siempre me recitaba mi padre, y vuelve
la nostalgia de su ausencia:
Admiróse un portugués
de ver que en su tierna infancia
todos los niños en Francia
supiesen hablar francés.
«Arte diabólica es»,
dijo, torciendo el mostacho,
«que para hablar en gabacho
un fidalgo en Portugal
llega a viejo y lo habla mal;
y aquí lo parla un muchacho».
de ver que en su tierna infancia
todos los niños en Francia
supiesen hablar francés.
«Arte diabólica es»,
dijo, torciendo el mostacho,
«que para hablar en gabacho
un fidalgo en Portugal
llega a viejo y lo habla mal;
y aquí lo parla un muchacho».
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